Todo lo que sucede en el film es perfectamente creible, sin estridencias ni truculencias. Todos los aficionados al mundo de la navegación conocen perfectamente este tipo de incidencias que se pueden producir durante una larga o corta travesía. El protagonista no es un aventurero dominguero, al estilo de los de "La tormenta perfecta". Es un experto marino con grandes conocimientos de supervivencia y de tecnología náutica, con la desgracia de que le suceden una serie de imprevistas eventualidades, por azar y mala suerte. El veterano Robert Redford está increíble en su sobrio papel. Un drama que parece difícil de digerir por su dureza, se ve con agrado por la calidad de la puesta en escena y su realismo. Los conocedores y entusiastas del mar son quienes mejor lo aprecian.