La dificultad para encontrar pareja sirve de nexo de unión entre dos personajes. Uno es un aburrido plasta que no demuestra entusiasmo por nada y otro, un caradura lanzado, egoísta e inestable. Ambos tienen justificados elementos para que nadie los considere en serio, aunque por razones diferentes. Al compartir sus fracasos nace cierto afecto que se convierte en sólida amistad. El argumento sólo sirve de soporte para una trama donde se hace burla de todos los sistemas de búsqueda social, desde las agencias, hasta las webs de contactos, fiestas y viajes de solitarios, entrevistas rápidas, citas concertadas boca a boca y todas las demás variantes. La farsa se completa con un desfile de neuróticas y neuróticos que no tiene desperdicio. Casi no falta ninguna de las categorías de idiotipos, En este aspecto, el film recuerda a algunas comedias de Woody Allen como "Sueños de seductor" (1972), sólo que el tratamiento humorístico es muy diferente. El humor francés es menos locuaz, en un ambiente donde todo el mundo se trata de usted hasta que no han intimado relaciones. Gerard Depardieu hace un trabajo magnífico. Refuerza la escena una espléndida banda sonora.