La trama no va de nada. Sólo es una serie de anécdotas particulares encadenadas en un ambiente sórdido de la américa profunda, despellejando a sus personajes, atrapados en sus miserias cotidianas de las que les resulta difícil salir. El título en español no es demasiado apropiado. Más bien debería ser "La repostera" o algo similar, dada la especialidad de la protaoanista. No hay personajes ni muy buenos ni muy malos. Todos tienen sus debilidades, sus egoísmos y sus virtudes, como en la vida real, donde tampoco se descarta la buena fortuna. El interés adicional del film está en la intervención como actriz de la guionista y directora que murió víctima de homicidio poco antes del estreno.