Lo mas interesante de "71" no es la narración de un conflicto ni no la deshumanizacion del conflicto al humanizar a las personas que estuvieron en el conflicto alejándolas del concepto "soldado" . Resulta curioso como "71" funciona mejor cuanto mas se aparta de esta premisa bélica y se acerca al puro thriller de aventuras donde contemplamos (con angustia) los diferentes tipos de personas que se encuentra el soldado Gary en su periplo por volver al cuartel. La deshumanizacion del conflicto viene dada por la perdida del valor de quien es bueno o malo, quien hacia las cosas bien o no. Aquí se trata simplemente de supervivencia, de gente haciendo cosas correctas en el lugar equivocado y gente equivocándose en su propio hogar. Al final poco importa quien es bueno o malo o por que están luchando, lo unico que importa es la odisea, en su parte mas Homérica, que debe sufrir Gary para volver a casa y al tiempo mostrarnos al resto lo mejor y lo peor de la condición humana. Esta deshumanizacion (la escena del bar es el mejor ejemplo) del conflicto es la mejor baza de "71" pues, como a un niño que le engañas para que se coma la papilla haciéndole el avioncito, aquí su debutante director Yann Demange nos sumerge en un trhiller al mejor estilo Paul Greengrass (imposible evitar comparaciones con "Bloody Sunday") con un ritmo excelente y una tensión insoportable. Los actores están todos perfectos y creíbles (imprescindible ver en versión original) sobretodo el protagonista Jack O'Connell quien transmite las emociones a la perfección. El diseño de producción es espectacular, el espectador desconoce como era Belfast en 1971 (yo lo desconozco) pero después de ver la película, todos estamos convencidos de haber estado allí y que fue realmente así, eso es importante pues le da un toque de credibilidad al thriller que nos ayuda a meternos en la piel del personaje y entender que puede sentir una persona así en un lugar así y una situación así.

Se pueden decir muchas cosas de "71" y casi todas serán buenas, la que a mi mas me ha convencido es que Demange pone el foco en las personas y no en el conflicto y ayuda a rebajar la tensión moral incrementando la acción y empujando a nuestro protagonista por las calles de Belfast a toda prisa sin saber quienes son amigos o enemigos. Porque al final, lo que "71" nos demuestra es que en toda guerra no hay amigos ni enemigos, simplemente hay gente que cree que hace lo correcto aunque estén equivocados. Quizás el mejor ejemplo sea el protagonista que se sumerge en el conflicto con la convicción de un soldado y acaba viendo el conflicto como una persona rodeada de personas.

Un excelente thriller (bélico) que hará las delicias de los consumidores de emociones fuertes.