Los productores que idearon este "Yo, Frankenstein" como blockbuster destinado a reventar taquillas de medio mundo deben estar durmiendo ahora en un cajero automático entre cartones porque el resultado financiero ha sido uno de los batacazos en taquilla mas memorables que se recuerdan (a la espera de los resultados en la taquilla europea). ¿El motivo? "Yo, Frankenstein" huele a plástico de tienda de todo a 100 de los chinos, huele a ya visto o a ya oído. Absolutamente todo huele a guionistas y director sin personalidad ni tampoco un solo ápice de originalidad.

"Yo, Frankenstein" es un insípido cruce entre “Blade”, “Underworld” y “El sicario de Dios” donde gárgolas y demonios luchan en la época actual alrededor de un Frankenstein sin la menor personalidad interpretado por un despistado Aaron Eckhart que parece no entender en que película está (y eso que su personaje es el que da titulo al filme). Tampoco puede culpársele a él del desastre porque es difícil saber hacia donde debes caminar cuando no hay un camino claramente descrito. Porque al fin y al cabo este "Yo, Frankenstein" no es una película de personajes sino de escenarios. Podrían haber sustituido a la criatura de Frankenstein por James Bond o Harry Potter o Spiderman y el resultado habría sido el mismo, o sea, igual de malo. Curioso que un blockbuster gire en torno a un personaje prescindible (lo que augura una franquicia muerta al nacer).

Una vez aclarado que esta no es una película de personajes solo nos queda analizar el entorno en el que se mueve: las batallas son correcta, eso si, pero parece como si a Peter Jackson le hubiesen encargado una cuarta entrega de "Blade". Alguien debería decirles a los productores que eso de construir grandes escenarios digitales y hacer grandes travellings circulares en torno a épicas batallas que se libran en esos escenarios, solo funciona cuando la historia y los personajes funcionan. Y en "Yo, Frankenstein" ni la historia ni los personajes funcionan. Gracias a Dios... porque sería una tragedia para el séptimo arte que esta superporducción de plástico tuviese secuelas (tal y como avanza su ridículo epílogo). El guión es de un ridículo que asusta y está plagado de personajes que podemos reconocer de otras películas (el demonio villano, la reina de las gárgolas,la científica, el ayudante de la científica, etc) moviéndose en espacios comunes sacados de otras películas.

¿Es entonces "Yo, Frankenstein" una película aburrida? No exactamente, una película sin personalidad no significa que sea necesariamente aburrida. Los programas de corazón son malos y a muchísima gente les entretiene. "Yo, Frankenstein" puede ser burda y vacía pero hará las delicias de muchos adolescentes ávidos del "pum, pam, crash" en escenarios digitales. Yo la he visto entre el bostezo y la curiosidad aunque tampoco he acabado cabreado por haber perdido el tiempo.

¿Es entretenida? Algo, si. Pero de ahí a recomendarla hay un buen trecho...