Cuando uno comienza una crítica de una película como “El cuarteto” te planteas si recomendarla solo al público al que va dirigida o a todos los espectadores sean del tipo que sean. Porque “El Cuarteto” es una película maravillosa pero por sus características está dirigida a un público en concreto (lo cual es una pena), está dirigida a las personas que hace años pasaron los 40 y se enfrentan a la vida (y al entretenimiento) de manera diferente a cuando eran jóvenes. No es “El cuarteto” una película para viejos pero tampoco es para jóvenes que estén acostumbrados a otro tipo de cine. Porque “El cuarteto” es una rara avis en el panorama cinematográfico de hoy en día. No hay sangre gratuita, no hay conflictos irresolubles que ponen al espectador al borde del colpaso, no hay acción descerebrada, no hay música que marca las escenas a ritmo de ruido, no hay ritmo incansable. “El cuarteto” es una película maravillosa si sabes lo que buscas. ¿Por qué hay tantos modelos de coches si todos sirven para lo mismo? Una cosa parecida sucede con “El cuarteto”. Dustin Hoffman, como buen actor, sabe que el poder de una película como esta son sus actores, además de dejarles espacio para componer sus personajes a su manera, Hoffman consigue sacar de ellos unas fantásticas interpretaciones (en especial un espectacular Tom Couternay) sin tener un guión ni unas frases especialmente inspiradas. Gran parte del mérito de “El cuarteto” es actoral, poco más. El resto es un producto maravillosamente bien manufacturado pero un producto al fin y al cabo, bastante cursi, elegantemente británico y condescendiente a partes iguales. No hay sorpresa en “El cuarteto” y tampoco lo pretende, da lo que promete y aunque no es una grandiosa película, hace las delicias del público (mayoritariamente otoñal) al que va dirigida. Bien dirigida (muy bien dirigida para ser una opera prima), es elegante, es entretenida y no tiene ni un solo fallo en su conjunto pero no es cine para todos, es cine –relativamente tramposo- para un público –mas que- adulto que no encuentra espacio en el panorama cinematográfico actual entre tanto efecto especial y 3D.