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España España · Barcelona
Voto de El Criticón:
5
Thriller Una mañana lluviosa, seis hombres disfrazados y armados asaltan la sede central de un banco en Valencia. Lo que parecía un robo limpio y fácil pronto se complica, y nada saldrá como estaba planeado. Esto provoca desconfianza y enfrentamiento entre los dos líderes de la banda, “El Uruguayo” y “El Gallego”. Pero ¿qué es exactamente lo que buscan los atracadores? (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de atracos (en la línea de “Plan Oculto) con trasfondo político (o social) y giros en el guion que, en realidad, no lo son tanto. La película se deja e incluso en un primer momento impresiona, pero cuando uno la disecciona se da cuenta que todo es apariencia porque, en realidad, carece de la originalidad que distingue al cine comercial del cine de autor. “Cien años de perdón” coge de aquí y de allá para conformar un pastiche visualmente apañado que pretende satisfacer a todo aunque la sensación que me queda solo acabar la película es de que no he visto nada nuevo (además de un final que no me convence). Es una película alimenticia rodada con oficio, pero no es la película que debería ser. La historia no es original, los actores están correctos pero nunca destacan (a excepción de un soberbio Rodrigo De La Serna)y la película, en general, destila ese aroma a manufactura industrial que se aleja tanto de lo que debería ser el espíritu del mejor cine. Calparsoro no arriesga en ningún momento, va al asalto de la taquilla con un producto digno pero insuficiente para alguien que se considera “autor”. De acuerdo, Spike Lee también hizo una película alimenticia con “Plan Oculto” (de la que “Cien años de perdón” bebe demasiado en demasiados momentos) pero Spike Lee consiguió algo original a fuerza de imprimir un ritmo que se salía de lo habitual. Siempre es un error comparar una película con otra, sobre todo porque los autores son diferentes y los públicos que buscan también son diferentes. Por desgracia, “Cien años de perdón” no resiste la comparación con ninguna de sus homónimas. No estamos hablando de una película mala, tampoco aburrida, simplemente hablamos de un producto que pretende mucho pero lo hace sin lo mas importante: el alma. Quien suscribe cree que el cine, incluso el alimenticio, debería ser tener un personalidad que la diferencie de los demás (aunque la película después no funcione).
El Criticón
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