A ratos entretenida película de tipos duros donde Tom Cruise apenas consigue levantar un personaje tan estereotipado que asusta. La película avanza más o menos bien, entretiene y puede incluso gustar pero es tan previsible e insulsa como un yogur desnatado. Mamporros por doquier sin una excusa demasiado solvente. Aunque… ¿Qué importa eso? Cine de consumo serie B inflado a película de gran estudio gracias a Tom Cruise. No hay más. ¿Entretenida? Claro. Pero es que a mí también me entretienen “Sálvame” o los telediarios de Intereconomia. De acuerdo, que Tom Cruise es de lo más atractivo cuando sonríe, pero eso es insuficiente para considerarlo actor de la misma manera que el simplón y estúpido guión de esta película es insuficiente para considerarla como “cine”. La franquicia de Jack Reacher ha nacido ya muerta.