Jamie Salter (Daniel Rigby) es un cómico que le da vida mediante su voz a un oso azul llamado Waldo, el cual es participe de un programa de televisión muy exitoso, un dibujo animado grotesco, irritante, desagradable y desalineado.

En plenas elecciones distritales, y luego de iniciar todo como una simple broma, el increíble oso Waldo termina siendo participe como candidato en estas que resultan ser unas disparatadas elecciones.

Último capítulo de la segunda temporada siendo por mucho el más flojo (contando incluso las dos temporadas), puesto que no logra tener en ningún momento un impacto emocional, cuestión que si labra la perfección el resto de entregas de esta serie.

No hay un desarrollo claro y conciso de los personajes humanos, porque se enfoca demasiado en la irreverencia de Waldo que está bien retratado, es por esto que no se consigue una buena química y lo hace decaer.

Cuestiones interesante a rescatar, quizá el seguimiento de la población hacía un humor tosco y vulgar con poco sentido y criticidad (que no pasa de decir malas palabras u obscenidades) y la desilusión política presente casi siempre en todo lado.