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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
9
Drama Kolia vive en un pueblito a orillas del mar de Barents, al norte de Rusia. Tiene un taller de mecánica al lado de su casa, donde vive con su joven esposa y su hijo, fruto de una relación anterior. El alcalde del pueblo está decidido a apropiarse de la casa y del taller de Kolia a toda costa. Primero intenta comprar el terreno, pero Kolia no está dispuesto a vender. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El diccionario de la RAE define Leviatán como:

-Monstruo marino fantástico.
-Cosa de grandes dimensiones y difícil de controlar.

Ambientada en un pueblo costero en Rusia, Leviafan se centra en Kolya (Aleksey Serebryakov), un hombre que lleva una apacible vida a orillas del mar junto a su esposa Lilya (Elena Lyadova) y su hijo Roman (Sergey Pokhodaev), fruto de una relación anterior. Su antagonista es Vadim (Roman Madyanov), alcalde de esta región que está decidido a hacerse con su propiedad. Cuando arranca el film, el litigio que llevan está llegando a su resolución, por lo que asiste a escena Dmitriy (Vladimir Vdovichenkov) su abogado y amigo.

El principal problema de todo este asunto al que se enfrenta Kolya, es que deberá luchar ante un personaje sumamente poderoso, amparado por el Estado y hasta por la iglesia, como se detalla en ese extraordinario cierre. Es una lucha por mantenerse en un lugar donde ha pasado toda su vida, en el que tiene sentido de pertenencia y donde es claro que está habiendo una injusticia. Esta lucha contra el sistema se ve aún más ensombrecida cuando, gracias a un giro sublime del guion, debe hacer frente a una lucha interior en el seno de su propia familia.

Estrenada en el Festival de Cannes, ganadora del premio a Mejor guion en dicho evento para Zvyagintsev y Oleg Negin, Leviafan se consolida a lo largo de sus 140 minutos de duración como un film con un contenido muy poderoso, conforme avanza el metraje se va logrando transmitir una sensación de que algo no anda nada bien, hasta llegar a unos cierres simplemente brutales. Asistimos a como la vida de Kolya se derrumba hasta llegar a un estado de completa decadencia.

La película es clara en sus intenciones, denuncia sin mayor problema grandes parias de la sociedad actual, con un pulso narrativo poético y de mucho significado, ataca la corrupción estatal siempre en beneficio de unos cuantos en el poder y quienes se ven favorecidos por influencias, el accionar de la ley que más que seguir su sentido real, vive para ayudar a los privilegiados, así como a la Iglesia y su función de una fe que más que ayudar se tapa los ojos para no ver qué sucede. De forma valiente, el director denuncia estos hechos, una lectura es cierto de la Rusia actual, ¿pero el resto de países están realmente lejanos a dicha crítica?

A lo largo de toda esta desventura, el realizador también le mete cizaña al estado de la familia, igual de viciada y corrupta que el Estado, quebrada, inescrupulosa, agresiva, desobediente y que traiciona. Embates que arremeten uno tras otro en los intentos de Kolya y su familia de recuperarse de la complicada situación en la que están, este reflejo de la familia se desborda, se descontrola hasta límites insospechados de decadencia y perdición, todo lo que vemos, está mal.

Leviafan se apropia en gran forma de este contexto geográfico en que se encuentra inmerso, una fría zona costera, que se antoja distante, alejada, que no resulta confiable. Paisajes hermosos que chocan de frente con la crudeza del relato, una y otra vez, las imágenes irrumpen con fuerza, el manejo del aspecto visual es deslumbrante en todo momento, pero es igual de importante, todo aquello que no vemos, lo cual es mucho y vital para la trama, pero conocedor del oficio Zvyagintsev no lo muestra todo, sabe que es innecesario.

Él mismo ha logrado atemorizar al espectador, logra cimentar en gran forma a su Leviatán, a este monstruo de varias cabezas que ataca sin piedad, sin conocer la justicia, que no conoce la diferencia entre el bien y el mal, al que solo le interesa la destrucción, sin importarle si es la de una relación de pareja, la de unos amigos, si es la vida, o la destrucción de una casa, o si comete una injusticia, un monstruo que teje su bravura en la sociedad y que se ha internado en cada uno de sus personajes.

Finalmente, mencionar que todo este entresijo dramático no pudo ser representado de tal forma de no ser por el elenco, si bien, como lo he repetido, visual y argumentalmente está genial, la parte actoral no se queda de lado, un elenco amplio y muy bien representado, una naturalidad apabullante, un entendimiento del texto y el contexto que puede ser lógico, pero esto no siempre evidencia una compenetración con lo que se desea mostrar, sobresale Madyanov, apabullante, casi como un bufón, fácil de odiar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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