Z es una genialidad de película, un joven juez de instrucción es el encargado de resolver el atentado en contra de un diputado de izquierda, conspiración, accidente o asesinato sin sentido. Para esto se inicia una incesante investigación con una multitud de personajes involucrados.

Todo esto en un país donde la extrema derecha domina el ambiente político y donde se intenta apaciguar y calmar los aventados aires izquierdistas que comienzan a desarrollarse especialmente en la juventud de esa sociedad.

La película es buena en todos los sentidos, muy bien llevada, realmente la dirección de Gavras es esplendida, nunca se pierde el sentido de la trama a pesar del montón de vueltas que da la historia y la incursión -como ya se mencionó- de diversos personajes.

La música, aunque no muy recurrente es muy atractiva y dinámica, las actuaciones creíbles y sólidas, los actores y actrices totalmente metidos en sus personajes. Lo mejor de todo es la historia, completa y redonda muy bien llevada.

Dos personajes se roban el “show” a mi parecer, evidentemente el juez de instrucción encarnado por Jean-Louis Trintignant y el periodista (Jacques Perrin), ambos -por motivos diferentes- siempre en busca de la verdad sin temor a lo que ésta de.

Z es un film excelente, un cine político correcto con un final bastante particular, y hay que decirlo, sea o no de nuestro gusto es bastante realista en cuanto a lo que sucede en las sociedades actuales y aquellas “lejanas” de los años setentas.