Película que cuenta con una premisa cruda y fuerte, María tiene una vida bastante complicada, es madre soltera, vive con sus tres hijos y su anciano padre enfermo y olvidadizo, cuenta con un trabajo que apenas le alcanza, se mantiene a flote a fuerza de voluntad.

Sin embargo se encuentra sumamente cansada, imposibilitada de rehacer su vida debido a que debe velar por su padre que ocupa muchos cuidados, evidentemente no puede pagar una enfermera y para su mala suerte, no le aceptan al anciano en lugares de cuido porque no cumple con ciertos requisitos.

En su desesperación realiza un acto deshumanizante, odioso y atrevido, deja a su padre abandonado a la intemperie en invierno, él sentado simplemente la espera, desea, cree y piensa que María va a volver por él.

Parafraseando un poco a la guionista y esposa del director, Laura Santullo menciona lo siguiente: “Y sí, los que abandonan son unos malnacidos, pero también hay que ver porque los malnacidos se comportan de esa manera” (claro está, sin ánimo de justificarlos).

Correcta e intimista película donde sobresale sin duda alguna la gran actuación del debutante Carlos Vallarino, que retrata de manera magnífica al anciano enfermo, una labor ejemplar en un papel a la medida.