Félix (Andoni García) es un arquitecto que vive en una enorme casa, no hace mucho se ha separado de su pareja Vera (Mónica López), él aún guarda la esperanza de que puedan continuar juntos, ella es cortante en cuanto a que la relación ha terminado.

Un día un extraño llega a su casa y le pide usar el teléfono para realizar una llamada de emergencia, cuando Félix vuelve ya no encuentra al hombre y piensa que se ha escondido en su casa.

El habitante incierto tiene una premisa bastante interesante, su inicio es de hecho muy convincente, donde el director juega en varios tramos con el espectador, aunque alguien avispado puede detectarlos y presentirlos.

Pero conforme avanza el film, este presenta un giro argumental que cuesta encontrarle posición en cuanto a la que primero se nos “vendió”, prácticamente la película realiza una parodia de sí misma, es risible por momentos.

Posteriormente hay un intento por encausar de nuevo la película, pero ya es un poco tarde y aunque se agradece, ese fallo del intermedio es grave por lo que no termina de convencer en su propuesta.

A rescatar la atmósfera que consigue en varios tramos, la utilización bastante acertada de los sonidos y actuaciones convincentes.