Barton Fink (John Turturro) es un escritor el cual está gozando del éxito en su natal New York, gracias a la excelente recepción de su última obra teatral. Fink es contactado por Capital Records para trabajar como guionista, contra sus deseos debe trasladarse a Hollywood para laborar con esta compañía.

Pasados los días encerrado en su cuarto, Fink simplemente no puede avanzar en la historia, su mente se encuentra totalmente en blanco, por lo que no logra realizar el trabajo que le corresponde, a pesar de que en varios momentos, busca la ayuda de personas para encontrar inspiración.

Barton Fink es una película donde, fiel a la costumbre de sus realizadores, cuenta con un lenguaje cinematográfico bastante detallado, logrando una dirección excelsa, además de diálogos ingeniosos y personajes memorables, por más pequeños que sean los papeles que tengan.

Es un film lleno de simbolismos, pero valga aclarar que esto no la hace difícil de ver, por el contrario, es una obra que se desenvuelve en muy buena forma, sumamente agradable, sin embargo, si es importante caer en cuenta de los múltiples detalles que tiene, para así tener un mejor disfrute.

La película cuenta con una ambientación perfecta, por ejemplo, logra contrarrestar lo opaco del hotel donde se aloja Fink (cuestión que concuerda con lo que vemos en la trama) y el esplendor que se muestra en otras locaciones. Las actuaciones son precisas, por parte de todo el elenco.

Barton Fink es sin duda alguna una de las obras cumbres de los hermanos Coen, una película con buena dosis de humor negro, muy interesante en su propuesta de no encontrar inspiración, situación en la que cae siempre cualquier tipo de autor, incluidos los Coen.