The Man Who Knew Too Much es una película bastante agradable, cuenta con un desarrollo ágil y veloz, además de un entorno atractivo -en un inicio- como lo es Marruecos.

El Dr. McKenna (James Stewart) está en ese país de paseo junto con su esposa Jo (Doris Day) y su hijo, llegando conocen a un misterioso tipo, un francés llamado Louis Bernard (Daniel Gélin). Misterioso porque se ve como una persona agradable pero algo intrigante, más aún cuando es asesinado.

Sin embargo, a punto de morir le dice unas cosas a McKenna, entonces nuestro protagonista entra en una paradoja, decir o no decir a la policía lo que este hombre le dijo, que pronto nos damos cuenta que es un espía.

Para meterle más picante a la trama, el secuestro del hijo de la pareja protagonista hace que ese dilema ente “cantar o no cantar” en que entra el doctor se vea aumentado. Como costumbre en Hitchcock consigue ir desarrollando una intriga bastante buena.

El pequeño detalle aquí es que luego del éxtasis de la película, cuesta mucho que termine porque falta una cosita por resolver cuestión que alarga mucho el final. Finalmente mencionar la muy buena labor actoral de los distintos personajes pero en especial de Doris Day.