Un padre le cuenta a su hijo la historia de Amadeo, un chico que trabajaba en un bar u que vivía tan obsesionado con el futbolín (metegol en Argentina) que ciertamente era invencible en ese juego, sin embargo ser tan asiduo lo opacaba en otros asuntos de mayor importancia, como declarársele al amor de su vida, Laura.

Para empeorar las cosas, un buen día llega su alter ego, un verdadero crack del fútbol de verdad en busca de venganza tras haber sido derrotado por Amadeo en un partido de futbolín años atrás, su idea es construir un gigantesco estadio e idolatrarse más y más.

Metegol cumple, logra sacar buenas risas, tiene momentos épicos, en especial cuando llega el juego final, es interesante como en varios tramos Campanella rinde homenaje a diversas películas, incluyendo obras firmadas por el mismo, la de 2001 es impagable.

Argumentalmente queda debiendo un poco, es claro que es una historia enfocada completamente para niños, pero no se pueden obviar ciertas inocentadas que uno como público no puede dejar pasar por alto, hay una que otra incoherencia. Pero el film se disfruta y divierte, finalidad que tenía, el 3D no aporta mucho.