US 
Canadá 
México 
España 
UK 
Irlanda 
Australia 
Argentina 
Chile 
Colombia 
Uruguay 
Paraguay 
Perú 
Ecuador 
Venezuela 
Costa Rica 
Honduras 
Guatemala 
Bolivia 
Rep. Dominicana
Voto de 10P24H:
6.372
Drama. Romance
A sus 43 años, Fúsi es un inadaptado, con sobrepeso, que nunca tuvo novia y cuyo único interés son las batallas de la Segunda Guerra Mundial, que reproduce en miniatura en el apartamento en el que vive con su madre. Un día recibe un cupón para acudir a una escuela de baile, donde conoce a Sjöfn, una mujer solitaria, como él, y con profundas heridas psicológicas. (FILMAFFINITY)
31 de diciembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comercializada con el nombre de Virgin Mountain, o Corazón gigante en España, es más acertado y sutil el nombre original: Fúsi, quien es el protagonista, interpretado por Gunnar Jónsson, quien también actúo en Hrútar (Carneros, 2015), dos de los tres largometrajes más reconocidos de nacionalidad islandesa en dicho año.
El experimentado Dagur Kári es director y guionista de este, su quinto largometraje, nacido en París, estudiado cine en Dinamarca, regresa tras 13 años a filmar en su país natal, sus trabajos anteriores los realizó en Dinamarca y Estados Unidos. Presenta una historia humanista, centrada en un personaje que lo que tiene de grande lo tiene de inocente.
Detallando en los créditos iniciales, y la secuencia que los acompaña, el realizador expone la situación personal del protagonista: una gran pasividad, la monotonía de su trabajo en el aeropuerto como cargador, a pesar de estar por los 40 años vive con su madre, su hobbie es un juego de mesa de táctica de la II Guerra Mundial.
Ahí se establece el panorama, que todo da como resultado que nunca ha tenido contacto con ninguna mujer. A partir de eso, Kári construye la trama hacia tres vertientes: la primera es la obvia, la búsqueda -obligado- de salir y encontrar pareja, la segunda la estrecha relación que establece con Hera (Franziska Una Dagsdóttir), una niña vecina suya, finalmente, el acoso que sufre en el trabajo.
Fúsi se aleja en todo momento de ser un cine complaciente, tanto para el espectador como para el protagonista, el mayor logro es sentir empatía por este enorme personaje, hay una sensación de lástima y de pena en concordancia con lo agridulce del relato. El contacto que tiene con Sjöfn (Ilmur Kristjánsdóttir) le ayuda a salir de su crisálida.
Finalmente como su director lo mencionó en alguna entrevista, la película no trata sobre la búsqueda del amor, es sobre el quiebre que este individuo tuvo que hacer para afrontar la vida desde otra perspectiva, salir de su zona de confort, y que el aeropuerto no sea únicamente un lugar de trabajo.
El experimentado Dagur Kári es director y guionista de este, su quinto largometraje, nacido en París, estudiado cine en Dinamarca, regresa tras 13 años a filmar en su país natal, sus trabajos anteriores los realizó en Dinamarca y Estados Unidos. Presenta una historia humanista, centrada en un personaje que lo que tiene de grande lo tiene de inocente.
Detallando en los créditos iniciales, y la secuencia que los acompaña, el realizador expone la situación personal del protagonista: una gran pasividad, la monotonía de su trabajo en el aeropuerto como cargador, a pesar de estar por los 40 años vive con su madre, su hobbie es un juego de mesa de táctica de la II Guerra Mundial.
Ahí se establece el panorama, que todo da como resultado que nunca ha tenido contacto con ninguna mujer. A partir de eso, Kári construye la trama hacia tres vertientes: la primera es la obvia, la búsqueda -obligado- de salir y encontrar pareja, la segunda la estrecha relación que establece con Hera (Franziska Una Dagsdóttir), una niña vecina suya, finalmente, el acoso que sufre en el trabajo.
Fúsi se aleja en todo momento de ser un cine complaciente, tanto para el espectador como para el protagonista, el mayor logro es sentir empatía por este enorme personaje, hay una sensación de lástima y de pena en concordancia con lo agridulce del relato. El contacto que tiene con Sjöfn (Ilmur Kristjánsdóttir) le ayuda a salir de su crisálida.
Finalmente como su director lo mencionó en alguna entrevista, la película no trata sobre la búsqueda del amor, es sobre el quiebre que este individuo tuvo que hacer para afrontar la vida desde otra perspectiva, salir de su zona de confort, y que el aeropuerto no sea únicamente un lugar de trabajo.
