Babel es la clara muestra de qué aún cuando todos somos tan diferentes y nos separan barreras de lenguaje y de lugar, existe siempre una gran posibilidad de conectarnos como consecuencia de las acciones de otros.
Alejandro Gonzáles Iñárritu logra plasmar de manera muy precisa el por qué de su título y es que cuando menos lo esperamos, esas consecuencias de las que mencionaba anteriormente, hacen que en tan solo un momento todo llegue al caos.

En definitiva la trilogía de la muerte me mantuvo como espectadora, en constante angustia e incomodidad, la incomodidad de una realidad que nos asecha como humanidad, pues no solo pude sentir empatía por uno solo de los personajes sino por todos los que se van presentando a lo largo de la película, lo que me lleva a destacar sus interpretaciones; es entender que en este mundo que creemos tan grande e implacable, finalmente somos pocos, todos pasamos por situaciones complicadas y de las que cualquier decisión pueda cambiar nuestras vidas y la de los demás, resultando en dolorosos e irreversibles momentos, volviéndonos vulnerables.

Es una película que me he permitido repetir por su calidad en producción, está muy bien logrado el mensaje que quiere transmitir el director y la manera en que lo hace, pues en lo personal considero que un guión como el de Babel, su fotografía e interpretación requieren de gran esfuerzo; es una película que impacta en todas sus formas y que ciertamente queda en la memoria de quien la ve.