El personaje utiliza su proyecto personal como pretexto para sentirse superior y odiar al mundo. Más que al mundo, a todo lo humano. No soporta a ninguna persona que se le acerque, salvo a su amiga. Es muy cariñosa con los animales que probablemente sean metáfora de "lo auténtico", "lo sincero". El resto de los personajes blancos no pueden hablar con ella sobre nada. Desprecia también los proyectos de los demás simplemente porque no coinciden con el suyo: la fotografía, los viajes en moto por el mismo desierto que ella, la ayuda de los demás (salvo la de los hospitalarios abuelos que le dan comida, agua, un buen baño; en definitiva por un interés materialista puro y duro). Por supuesto, los turistas son retratados de una forma patética y simplona, al igual que los periodistas. Todo queda muy bien disfrazado por una estupenda interpretación, una fotografía muy buena y un clima emocional un poco tramposo. Las aventuras que vive, en realidad no tienen grandeza ni aportan nada.