Cuando "Her" acaba, todavía no ha terminado. Es una de esas películas que te dejan tocado, con el corazón en un puño, como removido por dentro. Joaquín Phoenix es culpable del terrible punch con el que golpea un gran guión traducido en imágenes por Spike Jonze.

El mundo de Spike es denso pero contado con sutileza, con fuerza, con colores vivos, cálidos. Como son las venas, la sangre. Interactuando con atmósferas frías, sintéticas. Como deben ser los cables y el plástico.

¿Podria un hombre amar a una máquina? Los hombres amamos a las maquinas. A los coches, a la televisión, etc... Nunca de forma carnal, eso es cierto, Pero. ¿Que pasaría si una maquina nos amara, nos entendiera, nos hablara? Parece que el futuro que plantea Jonze no es un futuro tan lejano. Ni tecnológica ni emocionalmente.

"Her" enfrenta a un humano que se comporta como una máquina, contra una máquina que se comporta como un ser humano. Contándonos sus vivencias y emociones dentro en una carta de amor visual. Escrita con contrastes y algo de existencialismo.
Contiene frases que desgarran por dentro. Primeros planos de un Phoenix que las transmite y asimila, a la vez que el espectador. Consiguiendo que la herida sea mas profunda. Que nos sintamos identificados con el pobre, débil e imperfecto ser, que somos todos al fin y al cabo.

Se trata de conocer a Samanta. Libre, sin miedo. Dejar que la lluvia nos moje. Que el sol nos ciegue. Antes de que el tiempo nos destruya.

¿Es lenta? ¿No pasa nada? Venga no me jodas.