El director nos plantea que una moral pietista , un pueblo pequeño, una sociedad pseudomedieval dominada por barones y clérigos junto con una pedagogía severa e hipócrita generan la maldad sin remordimientos en las nuevas generaciones.
No sé si es un acierto o no lo es el hecho de que el director deje interrogantes sueltos sobre la trama: ¿Por qué desaparece el médico y la comadrona, así como su hijo herido? y ¿Quién o quienes han sido los autores de los crímenes cometidos en la aldea?. Acaba la película y las sugerencias no son suficientes para que el espectador concluya sobre el autor de los hechos. Pero parece que la culpabilidad está repartida entre todos los sujetos de la historia, incluidos los niños o ellos principalmente. Pero éstos aparecen en bloque siempre todos juntos como indicándonos el concepto "infancia", como si todos ellos fueran uno solo. Resulta también sorprendente que no se vea una sola escena de clase, con el maestro haciendo su trabajo. Sin embargo la enseñanza pública queda por eso intacta, al ser el maestro la voz que relata la historia, y es en cambio la pedagogía familiar la que queda malparada: con padres que abusan de sus hijas sexualmente, que los someten a castigos desproporcionados, los golpean, los ningunean y no los respetan como niños. Tampoco se les ve jugar o divertirse a estos niños que son cómplices y verdugos de esa moral pietista. La crítica de estas sociedades regidas por principios en principio puros desvela toda la violación de las normas que ellos mismos instauran como miserables acciones intrafamiliares y también sociales.
El clima de severidad, austeridad y economía de medios se refleja en todos los aspectos: el atuendo y peinados, los diálogos crudos, directos y dañinos, así como su rodaje en blanco y negro, sugiriendo que la vida en ese pueblo alemán carecía de colorido y alegría alguna. La vida en ese entorno natural se aleja sin embargo mucho de las expresiones naturales y campechanas, de la alegría de vivir, centrándose sin embargo en una espiral de odio y rencores que se materializa en actos vandálicos contra miembros indefensos de esa comunidad: el niño retrasado, la mujer trabajadora, aunque también el médico y el barón son víctima de los mismos. Sugiere que el odio y la venganza se ejercen por detrás, fuera de las reuniones en la iglesia o la convivencia diaria donde se demuestra una deferente cortesía, dando como resultado una sociedad hipócrita que se muestra incapaz de manejar la injustica de su sometimiento a un barón o al clero.