Advertir a los espectadores más flojos de estómago, que se abstengan de ver esta película, hay dejo mi consejo. No es una película gore ni nada por el estilo (sin mutilaciones, ni torturas, ni aberraciones del uso), pero decir que el trastorno que acusa Pauline es el de Vampirismo-
Definición: El vampirismo clínico es el trastorno mental caracterizado por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro.
Un relato que me produjo casi más nauseas que la escatológica, pero originalísima “Taxidermia” 2006. Richard Bates Jr. es el culpable del guion y de la dirección de esta escabrosa historia, Bates hace su particular versión de “Carrie”, esta vez sin poderes paranormales, lo que produce aún más grima… así sin más, una tía perturbada, pero perturbada que se deleita con la sangre. Bates, al que supongo que volveremos oír, dibuja un hogar perfecto, donde la autoridad, Phillys (Traci Lords, actriz porno de los 80’s), madre de Pauline y Grace, intenta de manera exclusiva que sus dos hijas sean una verdaderas damitas, Grace con fibrosis quística, ya lo es además, es la obra Phillys y ejemplo a seguir de su deslucida y demacrada hermana.
De esta forma se nos presenta la historia, un hogar estereotipado, una familia perfecta, una madre que es devota religiosa, un padre florero, una hermana prototipo…y una hija que tiene orgasmos cuando sueña con orgias de sangre y su cometido en la vida es ser cirujana.


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