Stuart Gordon quiso confundirnos, con este trabajo, entre lo real y lo sobrenatural, pero acabo por liarse el mismo, no me extraña que el personaje principal acabase así. Lo mejor de la película son los temores que puede tener el ser humano al llegar a una habitación nueva y misteriosa, es decir, hacia donde miras cuando te acuestas por primera vez alli y donde enfocas tus cinco sentidos antes de dormirte, jugando con el inconsciente y los sueños.
El principio del film me parece interesante y te engancha a ver el resto, pero pierde fuerza e intensidad a medida que pasan los minutos y su final me parece precipitado, corto y falto de ideas. Es como una idea interesante pero mal acabada y enfocada. Aun así, tiene fragmentos o partes bien realizadas, y buenas actuaciones, sobre todo la de Jay Brazeau y Chelah Horsdal que engaña en todo momento. Recomendable para pasar unas horas de suspense y terror.