Desde los tiempos de Cervantes, Quevedo o Lope, el tema de la picaresca española ha sido una constante en nuestra literatura y con el devenír del tiempo y en buena lógica, el cine español le ha abierto los brazos produciéndose la eclosión de un género -la comedia autóctona- que ha dado un buen número de grandes películas en nuestra cinemaotgrafía: Atraco a las Tres, Los Tramposos,
Los Ladrones somos gente honrada, Todos a la cárcel... un cine que Luis García Berlanga defendió siempre y que poco a poco, a lomos de las nuevas libertades y el ejemplo de cinematografías extranjeras han dado películas de mucha mayor enjundia como por ejemplo, Grupo Siete, Celda 411 o No habrá paz para los malvados.

EL MUNDO ES NUESTRO se beneficia en primer lugar de la libertad de expresión absoluta. El lenguaje soez y descarnado que utiliza la mayoria de la gente tiene aqui el tamiz de la enorme gracia con que unos actores esplendidos se expresan y que se suma a una naturalidad absoluta, con lo que parece que el espectador no ve actores sino gente "normal" metida en una situación anormal y esperpéntica que un director novato controla con la maestría de un veterano.
Alfonso Sánchez maneja la cámara sin el más mínimo titubeo y como un nuevo Berlanga es capaz de controlar escenas con veinte personas en acción y si todos estos personajes son prototipos que todos conocemos, terroristas, ladronzuelos, mafiosos, policias mentecatos, periodistas avidos de gloria, currantes, parados a los que hemos de sumar la chusma que asiste al drama, están servidos por un grupo de actores memorable (!Ésa limpiadora furibunda!) el espéctaculo no tiene desperdicio.

Esperemos que este director tenga la oportunidad de seguir haciendo cine.