Política, corrupción, policía, redención, trapos sucios, cortinas de humo.
No, no se trata de es país. Estamos en Nueva York, donde un ex policía de turbio pasado (Mark Wahlberg), reciclado en detective privado, es contratado por el candidato a la alcaldía ( Russell Crowe) para vigilar a su mujer (Catherine Zeta-Jones) y averiguar si le engaña. ¿Tiene un amante o es un asunto político? Ese es el quid de la cuestión y la trama a la que se refiere el título en castellano.

Aceptable thriller político con diversos giros que mantiene el interés solo a ratos, mientras en otros momentos se hace algo pesada y repetitiva, especialmente cuando Mark Wahlberg no tiene ni a Russell Crowe ni a Barry Pepper enfrente para darle la réplica.