Está claro. El cartel llama la atención.Y es que estos dos monstruos del celuloide bordan lo que les pongan por delante. Pero a veces eso no es suficiente, Y Reiner lo sabe. Por eso prácticamente les deja llevar la película como mejor sepan hacerlo, y así lo hacen. La historia es simple pero efectista, y llega a tocarte dentro, pero todos sabemos que podía haber dado para más. ¿que harías tú si te quedasen pocos meses de vida y tienes la opción de disfrutarlos como jamás lo hiciste?
Nicholson no se esfuerza demasiado porque ni falta que le hace. Todos le admiramos. Freeman tampoco se ve obligado porque con su sola presencia ya se vislumbra la tranquilidad y sabiduría que impregna ese rostro bondadoso. Y la fórmula funciona, no sin algún tambaleo.
Es una película que se deja ver fácilmente y es cómoda, sopena de no dejar un gusto demasiado amargo en nuestros paladares al llegar al consabido final.
En fin, que Rob Reiner es un buen químico (la fórmula Nicholson-Freeman es más que tolerable) pero podía haberse exprimido más la naranja.

Dejará buen sabor de boca en la gran mayoría, y algunas risas están aseguradas, cuando menos una sonrisa. Aconsejo su visionado ya sólo por el reparto.