El Kevin Smith que rodó aquella encantadora Clerks con su correspondiente secuela, desgraciadamente no tiene nada que ver con este claro ejemplo de batacazo de cine comercial protagonizado por Willis y Morgan en esta descarada buddy movie que no brilla por ningún lado. Así debo comenzar mi crítica que viene respaldada por 2 intentos de ver la película completa no superados (evidentemente algo pasa) y un continuo chorreo de gags con menos gracia que encontrarte de repente en un campo de concentración alemán.

No es sufuciente, Kevin, con que reclutes a un desganado Bruce Willis como poli duro y medianamente gracioso. No es suficiente tampoco, que le acompañes de el compi negro gracioso, en este caso Tracy Morgan ,que sólo tiene un par de pequeños destellos en toda la cinta.
Todo resulta tan manido y escasamente gracioso, que uno se da cuenta pronto sin ser demasiado inteligente (con el cartel a mí me bastó) que estamos ante una comedieta fácil de las engañosas. Engañosas por estar dirigida por Smith y quizá por contar y hacer abuso de reclutar a mi amigo Bruce. (no sé en que coño pensaba cuando se metió en este fregado) pero desde luego la cosa cae por su peso.

La monstruosa industria devora almas de Hollywood parece haber secuestrado a este director y condenarlo al fracaso más estrepitoso. No digo que la película no entretenga (en mi caso escasamente lo hizo) sino que para rodar algo así, mejor directamente no hacerlo.
Se trata de una prescindible comedia típica de pareja de polis con malo malísimo hispano incluído con situaciones mil veces vistas que tienen bastante menos gracia de la que se pretendía.

Y no hay mucho más que decir, salvo que no perdáis el tiempo y el dinero y busquéis entretenimiento de más calidad del que nos propone la gran industria en el caso que nos ocupa.

Nada nuevo bajo el sol, y además lo que hay, no es precisamente bueno sino todo lo contrario.