El debutante Richard Bates deleita los estómagos más gourmets con esta joyita silenciosa titulada Excision, que, si bien puede no resultar digerible para todos los espectadores, bien merece un atento visionado por todo aquel amante del cine.
La puesta en escena de Bates tiene un impresionante potencial y acapara nuestra atención desde el primer minuto, con una escena para el recuerdo. La premisa es sencilla: Pauline no es como las demás chicas de su edad. No sale con chicos ni tiene interés en ellos salvo para un propósito concreto que se muestra en el film, no se divierte aparentemente con nada, no tiene amigas. Tiene una hermana enferma, un padre con el piloto automático y una madre histérica y fanática de los buenos modales, la corrección y la religión a partes iguales, interpretada fabulosamente por la ex actriz porno de los 80 Traci Lords. Asi se plantea una cinta potentísima, con unas imagenes que son una autentica delicatessen para los amantes de este tipo de cine y una actriz protagonista (AnnaLynne McCord) realmente sublime que acapara toda nuestra atención.

Pauline parece ser feliz únicamente en sus breves orgías de sangre, en sus sueños enfermizos cada vez mas grotescos. No encuentra su camino en la vida convencional de una chica de su edad, y sus padres empiezan a preocuparse. Bates hace gala de una elegante dirección contándonos un cuento macabro, de esta particular princesa y su trono. Resulta una agradable sorpresa encontrarse con película como Excision por su originalidad. Con una habilidad destacable, se nos muestra a dos Paulines que comparten el mismo cuerpo pero son totalmente distintas y opuestas. Dos caras de una oscura moneda que se lanza al azar en un tramo final totalmente brillante que te dejará pegado a la pantalla. Es el puñetazo directo al estómago de un director que sabe muy bien lo que quiere contarnos y cómo hacerlo. De hecho, le basta apenas hora y 20 minutos para firmar una fábula oscura y notable.

Excision permanecerá en la memoria, al menos en la de los amantes del terror psicológico. Puede pecar de desagradable en gran parte del metraje pero también es una belleza necesaria. Un vehículo de lujo para mostrar lo insano de manera cuasi elegante, es un efecto indispensable para contar la historia de Pauline, una joven aparentemente normal que alimenta un mundo dentro de en el que vive, y que finalmente terminará por engullirla, siendo consciente de una manera terrible para el espectador de su desequilibrio.
Una de las cintas de este cercano a su final año 2012 que se mostró en Sitges y merece la pena destacar. Como decía al principio, una joya bañada en sangre, nunca mejor dicho, que merece la pena que luzcamos al menos una vez. Tan original como inquietante.

Una brillante orgía de sangre, no apta para todos los públicos.