El mexicano Victor Dryere dirige su primer largometraje de ficción, después de varios cortometrajes y un documental, en lo que es un proyecto ambicioso de 4 años de postproducción, ya que han tenido que grabar de nuevo las voces y el sonido, doblando más del 70 % de la película para que pudiera adaptarse al formato digital, teniendo en cuenta el rodaje en formato 8mm. Ha merecido la pena tanto esfuerzo ya que la película luce bastante bien teniendo en cuenta que se recrea muy bien la época, que como dice el título es la década de los 70, con un buen trabajo a nivel artístico en la elección d ella casa y el lugar del rodaje, y el el maquillaje y diseño de vestuario de los personajes.
La película emplea la técnica narrativa del found footage que está de moda y que tanto gusta a los nuevos directores, desde que a finales del siglo XX en Estados Unidos se rodara el, original en el momento de su estreno, " El proyecto de la bruja de Blair ( 1999 ) ".

Tengo que reconocer que no soy admirador del género de terror pero no me disgustan las películas de found footage, y me mantienen en tensión mucho mas que esas cintas de espíritus y casas encantadas llenas de tópicos y que tanto gustan al gran público. En esta ocasión me ha vuelto a enganchar esta historia que comienza con unas imágenes en blanco y negro que nos llevarán a misionar esas imágenes encontradas en una zona perdida de México en donde una pareja de recién casados, Altair y Manuel, viven en una casa en donde comenzarán a suceder situaciones extrañas y enigmáticas, desde el momento en el que un grupo de pájaros rodean la casa y atemorizan a esos jóvenes, y que recuerdan a la cinta " Los pájaros ( 1963 ) " de Alfred Hitchcock.
El director mexicano preparó a los personajes a situaciones de terror para que se pusieran en situación, y así ser más creíbles en el momento de iniciar la grabación, y así lograr que los intérpretes que, salvo alguna excepción, no se conocían antes de reunirse para la filmación del proyecto. Uno de los aspectos negativos de la película es que el final es un poco brusco.

La propuesta se estrena en los cine españoles después de haber recorrido muchos festivales de terror durante los últimos años, entre ellos el de Sitges en donde fue premiado como mejor película de la sección Blood window, el Fantasma de Río de Janeiro o el de ficción de Bilbao.
Los intérpretes no están mal, destacando la protagonista Diana Bovio que tiene el papel más difícil. Rolando Breme es el que interpreta a Manuel, el marido que no sabe que hacer ante la sorprendente situación de su mujer. Como comenté anteriormente lo mejor es su estética, gracias a esa grabación empleando los 8 mm y la fotografía de Guillermo Garza, pero también el diseño de producción de Mirtha de la Garza, el diseño de vestuario de Guillermo Garza y Harina Morán y el trabajo del equipo de peluqueros y maquilladores. El problema de este proyecto y otros similares es que aburrirá al gran público y a los aficionados al cine de terror convencional, pero la recomiendo a los que disfrutan con este tipo de películas tan bien trabajadas.

LO MEJOR: Su aspecto visual y la dirección artística recreando la década de los 70.
LO PEOR: El desenlace.

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