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Voto de Juan Ignacio :
6
Drama En la década de los 90, la música electrónica se desarrolla a gran velocidad. En la excitante vida nocturna parisina, el joven Paul da sus primeros pasos como DJ. (FILMAFFINITY)
16 de julio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La acción de esta película se desarrolla entre 1992 y 2013. Narra la vida de Paul, un disc jockey de música 'garage house', desde que tenía 15 años, época en la que el protagonista ya era un apasionado de ese tipo de música, hasta sus 37 años. Filme biográfico de Sven Hansen-Love, coguionista y hermano de la directora del mismo, ex dj y actual escritor.

Mia Hansen-Love, en la dirección de su cuarto largometraje, introduce al espectador en el mundo de la música electrónica, en sus conciertos y en el ambiente en que viven el dj protagonista, sus compañeros y amigos. No se trata de un retrato juvenil, ni tan siquiera de los aficionados a ese tipo de música, se trata de una biografía, la de su hermano, adaptada con mayor o menor fidelidad a la realidad, hecha con un alejamiento emotivo absoluto, limitándose a narrar unos hechos que divide en dos partes, una hasta 2008 y la otra hasta el final. Narración de una vida artística, desde su nacimiento, a la par que la vida personal de ese joven, metido en su mundo profesional, que para él parece absoluto, acompañado en todo momento por las drogas, sobre todo por la cocaína, y por sus sucesivas novias. Un ser, Paul, que parece incapaz de madurar, si bien la realidad de la vida se le mostrará terca, como a todo el mundo, y la tendrá que aceptar y acomodarse a ella.

La dirección de Hansen-Love resulta bastante meritoria, todas las escenas están muy bien rodadas, incluidas las de los conciertos. Al haber de su trabajo hay que añadir el acierto de la toma de distancia sobre lo que cuenta sin juzgar en ningún momento (está bien que alguna vez se considere al espectador maduro para sacar sus propias conclusiones), aunque alguien pueda considerar que esta forma de dirigir resulta fría. En su debe hay que señalar que la primera parte en la que divide su obra pesa más, en el metraje, que la segunda (hay una evidente desproporción en la duración de las secuencias de la primera parte respecto a las de la segunda) lo que resulta desigual en cuanto a la importancia de lo narrado en cada una de ellas. Por otro lado se hecha en falta un mayor ejercicio de síntesis a la hora de escribir el guion.  

Por último, señalar la magnífica fotografía de Denis Lenoir y el excelente montaje de Marion Monnier.
Juan Ignacio
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