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Voto de Juan Ignacio :
7
Drama Una pareja de jóvenes universitarios deciden pasar el día en Toledo, con el fin de olvidarse un poco de la rutina en la que se encuentran. A las nueve de la mañana, José Luis espera en la estación de Atocha a su novia, Mari Carmen. La pareja ha engañado a sus familias, a las que han contado que comerán en la Facultad. El viaje resulta eterno y la estancia en la ciudad más que sorprenderles como ellos esperan les sumerge, todavía más, en ... [+]
2 de febrero de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mediados de Diciembre de 1962. José y Mari Carmen, pareja de novios, él estudiante de Derecho y ella de Filosofía y Letras, en Madrid, toman el tren para pasar el día en Toledo. Por fin van a disfrutar de un día solos alejados de su entorno, aunque para ello Mari Carmen haya tenido que engañar a sus padres diciéndoles que se quedaría a comer en la facultad.

Debut en el largometraje de Francisco Regueiro. Opera prima de gran resultado de este notable director que tan poco se prodigó posteriormente en su trabajo, solo ha dirigido diez películas a lo largo de su carrera, muy a su pesar; muchas menos de las que, por su calidad, hubiese merecido.

El director vallisoletano envuelve su historia, y al espectador, en el ambiente gris, de monótona rutina, de la época. Con una cadencia lenta, pero con el ritmo preciso (excelente la labor de montaje), para mostrar el encorsetamiento de la vida de aquellos tiempos. A la vez se nos narra la historia íntima de esa joven pareja que en unas horas llegará a conocerse más a sí misma que lo que lo había hecho durante el año que llevaba junta.

Visto lo anterior desde la gran distancia temporal transcurrida hay que pensar que ese ambiente era así, generalizando, aunque hubiese, por supuesto, excepciones en las cuales la vida también bullía. Del mismo modo hay que tener en cuenta a la hora de valorar aquella situación el origen social de los protagonistas, ambos de familias pudientes; la mayoría de jóvenes de comienzos de los 60 tenían muy difícil el poder acceder a la universidad, máxime, como en este caso, sin compaginar los estudios con un trabajo.

Francisco Regueiro, en definitiva, describe muy bien un fresco de un período, la dificultad de las relaciones de una pareja de novios, engarzando perfectamente ambos ámbitos, el social y el personal. A la meritoria labor de dirección, con encuadres bien conseguidos, le acompañan en su logro tanto la fotografía en blanco y negro de Juan Julio Baena como el montaje de Pablo G. del Amo. Tres nombres que han quedado escritos con mayúsculas en la cinematografía española.
Juan Ignacio
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