Película que despierta largas carcajadas de forma natural y simpática. La película cuenta la historia de un actor frustrado al que no se le permite desarrollarse en su trabajo por ser contestatario y rebelde llevando sus personajes. Esto hace que se gane los odios de productores y mala fama de tal forma que no consigue trabajo. Un día, queriendo demostrar sus grandes dotes de actor y que puede hacer de todo se disfraza de mujer y va a un casting para un personaje en una telenovela de hospitales.
Su papel Dorothy Michaels tiene un gran éxito como mujer liberal que busca la igualdad y que pone a la gente en su sitio. Empieza a tener miles de fans mientras Dorothy se convierte en un ídolo de masas reivindicando el papel de una mujer en el mundo que no es más que otra persona normal.
Da un poco de apuro que tenga que ser un hombre el que haga que la mujer sea respetada no sólo como género sino como una persona. Película de los 80 pero que pone al descubierto que el machismo sigue imperando en la sociedad ya que aunque hayan pasado más de 20 años (casi 30) las actitudes sociales siguen siendo las mismas. Ya lo dice el que hace de padre de Jessica Lange en la película: "No somos iguales". Y por ello surgirán conflictos pero que menos que un mínimo de respeto.
Lo mejor: las discusiones con el propio Sydney Pollack. El baile con el padre de Jessica Lange.
Lo peor: Que sea un hombre el que nos abra los ojos.