La moraleja de esta película aborda el cómo pagar una deuda. Una deuda que tienen los protagonistas con quien los ensalzaron en una mentira. El personaje del alemán y su pasado se difumina en una trama donde en una sociedad ávida por tener héroes empuja a tres asalariados del Mossad a mentir para satisfacer las expectativas de un gobierno que necesita una cabeza.

Es una película a mi entender más dramática que de suspense y el director enlaza las dos versiones a raíz de una de los tantos reconocimientos por la heroicidad de los protagonistas. Ágil y muy amena el film lleva al espectador en cada momento a vivir las sensaciones de los protagonistas. La fotografía tenue y llena de intimismo nos traslada a una época gris y llena de interrogantes. Personalmente me parece soberbia la actuación de Rachel de joven y un poco inexpresiva la de Helen Mirren que la veo incapaz de transmitir emoción al espectador.