Con unos ligeros detalles de lo anteriormente sucedido en la vida de los protagonistas, nos embarcamos en un angustioso viaje sin destino.

Durante toda la película la sensación de que alguien nos está pellizcando el corazón es incesante. Planos que nos transmiten toda la desesperación y el horror del apocalíptico mundo que nos presentan.

La tierra se tambalea, los humanos ya no lo son y el mar ya no es azul. Un filtro de imágenes grises y oscuras acompaña a esta gran película, que si bien no nos deja una buena sensación al terminar de verla, ya que la angustia perdura un rato en la mente después de finalizar, es innegable que merece la pena ser vista.