Su inicio quizás algo simplista no anuncia un desarrollo competitivo; poco a poco y con algunos saltos va tomando forma y delineando una sátira excepcional, con humor negro, con vértigo, y donde cada escena es un mensaje en si misma; hay que estar muy atento a los diálogos, no hay ninguno - excepto aquellos que sirven en el entorno de los extras para dar marco de circunstancias al guión - que sea superfluo cuando aparece el personaje principal. Es una muy calculada denuncia a las actuales circunstancias que soporta toda Europa con el tema inmigración masiva de los últimos tiempos; toca prácticamente todos los aspectos por los que pasó Alemania antes, durante, y luego del nazismo, pero principalmente por las que está transitando hoy en 2016. La trama pone en evidencia, igual que con el nacimiento del nazismo hitleriano, una sociedad alemana actual –y por extensión también europea – adormecida y también indiferente pero, en la que ciertos sectores y ámbitos se manifiesta el anhelo expectante de que aparezca “alguien” para poner orden al caos que se vaticina.