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Voto de YonBurgoa:
7
Thriller. Acción La única conexión del ex-agente especial Cha Tae-sik con el mundo es una niña que vive cerca de su casa. La madre de la pequeña trabaja para una organización mafiosa que se dedica al tráfico de drogas y le confía a él la mercancía. Cuando los traficantes se dan cuenta, secuestran a la madre y a la niña. Además, confunden a Tae-sik con un camello. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre sin pasado, la última película del director Lee Jeong-Beom. Avalada por la crítica internacional, ha recibido diversos galardones en Corea del Sur. El título invita a indagar el porqué de dicho nombre, y a medida que se descubren los entresijos de este thriller policíaco, el espectador va descubriendo a un protagonista frío y solitario (Tae-Shik) con un pasado largo e intenso que quiere olvidar, reconvertido en un prestamista del tres al cuarto cuya única amiga es una niña de diez años, So-mi, una ladronzuela de barrio cuya madre, que se dedica a la prostitución, apenas está en casa.

Cuando la madre se ve involucrada en un intercambio de drogas que implica a una mafia surcoreana, con contactos de las mafias china y vietnamita, ésta decide secuestrarla a ella y a su hija, lo que obligará a Tae-Shik a lanzarse en una misión por recuperarlas cueste lo que cueste. No sólo él está interesado en encontrar a sus secuestradores, también la brigada antidroga de la policía, que lleva tiempo detrás del grupo sospechando que sus actividades van más allá del tráfico de drogas. Poco a poco se descubre que también se dedican a la prostitución, al tráfico de niños y a la venta de órganos.

Jeong-Beom, quien además de dirigir ha escrito el guión, presenta una historia sólida que desprende tensión y una estética bien cuidada. Pero además de eso, la película ofrece un sinfín de acción con varias dosis de violencia. Da igual si es en un campo de golf, en un parking o en los baños de una discoteca. Cualquier sitio es bueno para sacar las armas y liarse a tiros. Alguien puede pensar en la similitud con Kill Bill I (Quentin Tarantino, 2003), en la escena de Uma Thurman luchando, katana en mano, contra los “88 Maníacos”, en la última pelea de la película. A falta de katanas, pero con artes marciales de por medio, el director coreano regala al espectador una magistral puesta en escena de lucha con cuchillos.

Si hay algo que sobra en la trama es el personaje del subinspector de policía. Su papel no es relevante, más bien de relleno. Si bien su actitud es la de alguien bonachón y torpe, sus acciones cómicas pueden dejar alguna carcajada, pero hace cojear una historia bien montada.

Muy destacable, tal como aclamó la crítica, es la actuación de Kim Sae-Ron (So-mi), que a pesar de su corta edad plasma ante las cámaras una gran madurez artística. La actriz, que ya debutó en la franco-coreana A Brand New Life (2009), ha sido una de las actrices más jóvenes en desfilar por la alfombra roja de Cannes. Su papel en El hombre sin pasado recuerda, y mucho, al de la protagonista de la película El fuego de la venganza (2004), razón por la cual la han llamado la próxima “Dakota Fanning coreana”.

Tras presentarse en la Mostra de Valencia y en la Casa Asia Film Week de Barcelona, habrá que ver si la cartelera española responde tan bien como lo ha hecho en el extranjero. El hombre sin pasado llegó a ser un récord absoluto de taquilla en Corea del Sur, donde alcanzó más de de seis millones de espectadores, superando a grandes títulos de producciones como Origen o Iron Man 2.
YonBurgoa
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