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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
8
Drama Ópera prima del actor austriaco Markus Schleinzer (también habitual director de casting de Michael Haneke y Ulrich Seidl). Describe la vida cotidiana de Michael, un oficinista de 35 años, que tiene secuestrado a un niño de diez años en el sótano de su casa. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2012
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta el mismísimo Cannes y sus circuitos de críticos y periodistas no escapan a ciertas modas: basta con repasar la última lista de ganadoras (Rosetta, Elephant, 4 meses, 3 semanas, 2 días, La cinta blanca, Amour) para darse cuenta que la aparente incomodidad de cierto cine indie resulta, paradójicamente, más fácil de valorar y al final de premiar que los dramas desgarrados que representan Bailar en la oscuridad y El pianista. Por eso vale la pena valorar si Michael supera o simplemente sigue esa moda más o menos vislumbrada de cine 'incómodo', seco y silencioso. El hecho de que la película no ganase ningún premio en Cannes podría hacer pensar que estamos ante una copia más del modelo. Pues bien: Michael es novedosa e interesante para la cinematografía (la austriaca) y el cine (el de Haneke y Seidl) que representa.

Si en El séptimo continente de Haneke veíamos la rutina que antecedía al horror, en Michael vemos la rutina del horror. Algo que puede parecer lo mismo pero que evidentemente no lo es. Michael es la historia de un agente de seguros de unos treinta y cinco años que tiene secuestrado a un niño de ocho en el almacén de su casa. Nada explica por qué el hombre retiene al menor. Uno piensa en una posible venganza, encargo o ajuste de cuentas. Luego intuye una psicopatía. Seguimos sus pasos, y en ellos intentamos escarbar la superficie nevada hasta dar con una respuesta. Pero Michael nos deja a tientas, como el pequeño escondido en su sótano. Porque los comportamientos extraordinarios (no por excepcionales sino por poco corrientes) nacen de la triste normalidad.

Michael viene a decirnos que nuestro vecino, nuestro mejor amigo o nuestro compañero de trabajo puede ser la persona más malvada del mundo. No se trata de entender o repudiar al lobo, sino de sentir su aliento en la cara para ser conscientes del peligro. Michael es terror psicológico: tememos 'descubrir' y al mismo tiempo 'que descubran' los demás personajes el secreto de Michael que solo conocemos nosotros. La tensión acaba en una escena que avecina el inicio de otra película que no veremos. Y no seremos testigos de esa otra historia porque lo visto concierne a Michael, solo a él, no por casualidad un miserable con un nombre muy común.

Que Michael impacte o no en la audiencia es una cuestión de sensibilidad hacia un estilo hanekiano que no todos defienden. Al final lo incómodo no nace tanto del estilo contemplativo como del material de base: un hombre corriente que es un pedófilo obsesivo. Y en eso Michael, El séptimo continente y otras películas hacen mucho más para entender quiénes somos y hasta dónde podemos llegar que las manipuladoras anécdotas de la crónica negra de los medios de comunicación. De aquí que Michael sea cine de primera categoría.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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