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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama En la escuela, Mattia había estudiado que entre los números primos (los que sólo son divisibles por sí mismos o por la unidad) hay algunos muy especiales, a los que los matemáticos llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están casi juntos, pues entre ellos sólo se interpone un número par. Son números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, ... [+]
14 de julio de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Mis hijos me han arruinado la vida', dice el personaje de Isabella Rosselini en un momento de La soledad de los números primos. Uno espera que tras esa aseveración haya un dramón de tomo y lomo, pero no es así. Estamos ante la adaptación cinematográfica del best seller de Paolo Giordano, un libro que en su día no leí. Por eso me esperaba que la película fuera una historia de amor más o menos convencional, que la cinta discurriese por caminos conocidos tal y como apuntó la crítica del pasado Festival de Venecia. Será mi total desconocimiento de la novela original pero el film me ha parecido más rebuscado de lo normal. No puedo valorar si es una buena traslación en imágenes de la historia de Giordano, pero sí se vé que no es la típica película que quiere llevar a las salas a los lectores de la novela.

La soledad de los números primos es una cinta misteriosa, la historia de encuentros frustrados entre dos marginados sociales que se esconden en sus caparazones. No hay besos, más bien susurros o caricias entre dos amantes que nunca estuvieron hechos para ser amados. Es difícil analizar la película cuando sus personajes, en sus diferentes edades, son como dos incógnitas matemáticas y cinematográficas (o, siguiendo el juego, dos números primos gemelos no divisibles por nadie y separados por un número par). La película también aspira a ser una 'x' inconclusa, una ecuación sin resultado. Hay momentos en los que cede al romance adolescente como en la escena de la discoteca. Hay otros en los que se intentan agregar insertos líricos como esa mujer esquiando. Y hay minutos totalmente desquiciados, con una atmósfera turbia, como ese inicio en el teatro infantil o la parte que concierne a la Alice adulta, corriendo entre selvas imaginarias y desmayándose en un supermercado. En todo caso, no veo en La soledad de los números primos nada que justifique esa frase de Rosellini tan contundente, tan fuera de contexto, tan impostada.

El drama que se esconde en el corazón de la película no da sentido a los silencios y desaires de los personajes. Pero es innegable que la película tiene un algo extraño que me atrapa y que hace que soporte sus dos horas de duración sin plantearme que la historia no se sostiene por ningún sitio. No quiere ser una película polémica, pero seguramente será criticada por muchos frentes. Si hay que posicionarse, la apoyo aún a sabiendas de su frágil estructura. ¿No se trata de simpatizar con esos personajes suicidas de acciones y actitudes tan tan incomprensibles? Pues eso.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities, http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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