La serie exhibe un amplio despliegue de recursos. La recreación de los escenarios es realmente buena. Por eso la decepción, con tan sólo haber visto el primer capítulo, ha sido enorme. No comentaré nada de la música de la cabecera, que destroza cualquier intento de ambientación en el inicio de cada capítulo, y me centraré en el guión.
Con la evidente pretensión de emular la trama de Juego de Tronos (inteligente, ágil y llena de sorpresas) la comparación resulta degradante para Los Médici, ya que el guión es lamentable por su simplicidad y está repleta de situaciones ridículas. Por ejemplo, cuando se dedican a abordar a los cardenales del cónclave para sobornarlos. Ni la más mínima sutileza, ni el más mínimo diálogo inteligente. Parece que el guión está escrita a marchas forzadas, a corre prisa que hay que acabarlo mañana, sin atender a detalles, a conversaciones sensatas y realistas.