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Voto de seagal4ever:
7
5,4
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Ciencia ficción. Aventuras. Acción
Una pequeña nave que explora el espacio exterior llega hasta las proximidades de un agujero negro; cuando está a punto de ser absorbida por él, sus tripulantes descubren una gigantesca nave cuyos movimientos les resultan inexplicables.
21 de noviembre de 2009
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción de ciencia ficción de gran presupuesto (20 millones de dólares, lo que en su momento la convirtió en la obra más cara de la productora hasta la fecha) de la Walt Disney que, inspirándose de manera más o menos clara en obras como la reciente "Star Wars", "20.000 leguas de viaje submarino" o "2001: una odisea del espacio", logra sobresalir de la mera recopilación de clichés para brillar con luz propia como un auténtico clásico de la ciencia ficción de los años '70.
La película gira en torno a un agujero negro masivo (sigo sin entender el porqué en la versión española ha sido traducido como abismo negro) y a una nave que supuestamente desapareció hace varios años, pero que está intacta orbitando en la proximidades del mencionado agujero negro. La verdad es que la película no se toma muy en serio las leyes de la física, y la representación del agujero es visualmente de lo más atractiva (una especie de ojo de huracán resplandeciente), pero falsa desde todos los puntos de vista. Aparte de la representación de esta singularidad espacio-temporal, hay otro buen puñado de licencias que se toma el filme y que, pese a reducir en cierto modo la credibilidad y acercarnos más al campo de la fantasía que al de la ciencia ficción, consigue envolvernos en una simpática, y a veces profunda, historia.
El guión, dejando de lado las mencionadas incoherencias físicas, es bastante sólido (no por lo que cuenta sino por cómo se cuenta). Escrito por Gerry Day y Jeb Rosebrook, la historia que nos narra es la de una expedición que descubre una nave desaparecida cerca de una enorme agujero negro. En su interior, un enigmático personaje, genio de la física, ha logrado crear un sistema de antigravedad con el que planea introducirse en el agujero y descubrir qué misterios se esconden en su interior. Además, cuenta con todo un ejército de robots que le ayudan en todas sus tareas. La llegada de los expedicionarios trastocará sus planes...
La película gira en torno a un agujero negro masivo (sigo sin entender el porqué en la versión española ha sido traducido como abismo negro) y a una nave que supuestamente desapareció hace varios años, pero que está intacta orbitando en la proximidades del mencionado agujero negro. La verdad es que la película no se toma muy en serio las leyes de la física, y la representación del agujero es visualmente de lo más atractiva (una especie de ojo de huracán resplandeciente), pero falsa desde todos los puntos de vista. Aparte de la representación de esta singularidad espacio-temporal, hay otro buen puñado de licencias que se toma el filme y que, pese a reducir en cierto modo la credibilidad y acercarnos más al campo de la fantasía que al de la ciencia ficción, consigue envolvernos en una simpática, y a veces profunda, historia.
El guión, dejando de lado las mencionadas incoherencias físicas, es bastante sólido (no por lo que cuenta sino por cómo se cuenta). Escrito por Gerry Day y Jeb Rosebrook, la historia que nos narra es la de una expedición que descubre una nave desaparecida cerca de una enorme agujero negro. En su interior, un enigmático personaje, genio de la física, ha logrado crear un sistema de antigravedad con el que planea introducirse en el agujero y descubrir qué misterios se esconden en su interior. Además, cuenta con todo un ejército de robots que le ayudan en todas sus tareas. La llegada de los expedicionarios trastocará sus planes...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La obra va manifiestamente de menos a más. Lo que en un principio parece un típico producto de Disney (no pude evitar mosquearme profundamente cuando vi por primera vez al robot V.I.N.CENT -aka Vincent-, con ese cuerpecillo y ese comportamiento tan amistoso, y que además está en posesión de un refranero popular), poco a poco va evolucionando hacia el terreno de lo misterioso, cayendo en la locura y en las despiadadas acciones del excéntrico doctor Hans Reinhardt, terminando en un espectáculo visual de primer orden.
Los efectos especiales están a la altura, al igual que el trabajado de diseño de producción, que intenta desmarcarse de las obras mencionadas anteriormente que le sirvieron como inspiración. El diseño de los robots es de lo más acertado (el enfrentamiento entre Vincent y Maximilian es extraordinario), al igual que las naves, especialmente la Cygnus. La lluvia de meteoritos psicodélica deja ya para el recuerdo la memorable escena de la monumental bola de fuego deslizándose por uno de los enormes pasillos de la nave, teniendo en primer plano a los protagonistas atravesando un pequeño puente de una punta a otra con la enorme bola al fondo, acercándose...).
La dirección de Gary Nelson es sobria y muy ajustada a lo que se quiere contar, con predominio de planos generales para mostrar los espectaculares efectos especiales y el mencionado diseño de las naves, todo con tonos de lo más psicodélico. A nivel interpretativo, el reparto plagado de caras conocidas como Anthony Perkins, Yvette Mimieux o Maximilian Schell resulta de una ayuda inestimable.
La resolución de la historia sigue siendo hoy en día tan fascinante como la primera vez. Muchos han llamado a este filme el "2001" para niños, en alusión al también comentado hasta la saciedad final de la obra maestra de Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke. Ese mundo en llamas (¿el infierno?), con el doctor Reinhardt sobre una colina es fascinante. La banda sonora de John Barry ayuda sobremanera a ponernos en situación, ya lo creo.
En definitiva, pequeña joya del cine de ciencia ficción de finales de los '70 que posee una personalidad propia fuera de toda duda. Su historia ha sido igualmente objeto de posteriores revisiones ("Horizonte final", "Esfera"...) y, el único pero que le puedo poner, es su falta de consideración a las leyes más elementales de la física (algo de lo que también pecó "Star Wars", pero que sin embargo "2001" respetó) y el alto grado de infantilización de determinados elementos del filme, si bien es cierto que no es óbice para mostrarnos algo tan truculento como el lavado de cerebro que el maligno doctor Reinhardt realizó en todos los tripulantes de la nave. Un título muy estimable y que fascinará a los amantes de la ciencia ficción.
Los efectos especiales están a la altura, al igual que el trabajado de diseño de producción, que intenta desmarcarse de las obras mencionadas anteriormente que le sirvieron como inspiración. El diseño de los robots es de lo más acertado (el enfrentamiento entre Vincent y Maximilian es extraordinario), al igual que las naves, especialmente la Cygnus. La lluvia de meteoritos psicodélica deja ya para el recuerdo la memorable escena de la monumental bola de fuego deslizándose por uno de los enormes pasillos de la nave, teniendo en primer plano a los protagonistas atravesando un pequeño puente de una punta a otra con la enorme bola al fondo, acercándose...).
La dirección de Gary Nelson es sobria y muy ajustada a lo que se quiere contar, con predominio de planos generales para mostrar los espectaculares efectos especiales y el mencionado diseño de las naves, todo con tonos de lo más psicodélico. A nivel interpretativo, el reparto plagado de caras conocidas como Anthony Perkins, Yvette Mimieux o Maximilian Schell resulta de una ayuda inestimable.
La resolución de la historia sigue siendo hoy en día tan fascinante como la primera vez. Muchos han llamado a este filme el "2001" para niños, en alusión al también comentado hasta la saciedad final de la obra maestra de Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke. Ese mundo en llamas (¿el infierno?), con el doctor Reinhardt sobre una colina es fascinante. La banda sonora de John Barry ayuda sobremanera a ponernos en situación, ya lo creo.
En definitiva, pequeña joya del cine de ciencia ficción de finales de los '70 que posee una personalidad propia fuera de toda duda. Su historia ha sido igualmente objeto de posteriores revisiones ("Horizonte final", "Esfera"...) y, el único pero que le puedo poner, es su falta de consideración a las leyes más elementales de la física (algo de lo que también pecó "Star Wars", pero que sin embargo "2001" respetó) y el alto grado de infantilización de determinados elementos del filme, si bien es cierto que no es óbice para mostrarnos algo tan truculento como el lavado de cerebro que el maligno doctor Reinhardt realizó en todos los tripulantes de la nave. Un título muy estimable y que fascinará a los amantes de la ciencia ficción.