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Voto de denebcito:
7
Drama Pete Quilliam (Carl Brisson) es pescador, y su gran amigo desde la infancia, Philip Christian (Malcom Keen), quien ahora ejerce como abogado, viajan a la Isla de Man, donde Philip ha conseguido empleo a su amigo. La hija del empleador es una preciosa chica llamada Kate Cregeen (Anny Ondra) y, al conocerla, ambos amigos quedan prendados de ella, pero ante la efusividad y la atención que ella le presta a Pete, el abogado decide guardar ... [+]
20 de marzo de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veo con cierta sorpresa la nota tan regular que tiene esta película. Ni siquiera me anima el número de votos: unos trescientos y tantos cinéfilos —pues no otra cosa ha de ser quien visite una obra tan recóndita, en cierto sentido popular, como esta—.

Es cierto que The Manxman puede no estar a la altura de las grandes películas de la etapa americana de Hitchcock, pero tiene algunas cuestiones muy interesantes, tanto técnicas como argumentales. En comparación con las grandes obras visuales del expresionismo alemán —prácticamente coetáneas— y con The Lodger, que Hitchcock estrenó un par de años antes, me queda bastante claro que estamos ante una obra menor. Pero estoy convencido de que Hitchcock también la concebía sin mayores pretensiones.

La propuesta argumental rescata un tema manido en la obra de Hitchcock, a saber: la redención de la culpa, expuesta esta vez a través de la dinámica entre el clásico triángulo amoroso y cuestiones sobre la fidelidad. Nada nuevo bajo el sol, ni siquiera expuesto brillantemente. Pero me parece notable la manera en que Hitchcock hace que la culpa persiga a los personajes durante toda la trama y de forma tan independiente de los motivos: recordemos que la misma trapaza que hace a Philipe calmar la conciencia del pobre Pete en esa maravillosa secuencia en que el médico baja la escalera anunciando el nacimiento de la niña, forma parte de la misma losa que ha de cargar sobre la cabeza del juez cuando acepta esconder a Kate en su despacho, en evitación del denuesto a su orgullo o de la caída prematura en desgracia de la joven. Tanto da, pues lo importante es, como dije, la enorme culpa que se instala sobre todos ellos y la irresistible y casi necesaria necesidad de resolución que sentimos según se aproxima el final de la película.

He mencionado esa maravillosa escena de la escalera, porque es que realmente es un manual de cómo generar tensión sin sonido: el cambio de plano súbito antes de que el médico pronuncie la frase, la mirada atónita e impotente de Philipe que culmina apuntando acusadoramente al padre...

En fin: una película entretenida, interesante y, aunque ni mucho menos la mejor de la etapa muda de Hitchcock, opino que tremendamente infravalorada en filmaffinity.
denebcito
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