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España España · Valencia
Voto de Bonita:
8
Drama Gracias a una iniciativa del Estado de Israel y de los Estados Unidos, desde el 20 de noviembre hasta el 4 de enero de 1985 se lleva a cabo una amplia operación para trasladar a miles de judíos etíopes (Falashas) a Israel. Una mujer etíope, que no es judía, convence a su hijo para que se declare judío a fin de que pueda huir de la miseria. Cuando el niño llega a Israel, dada su condición de huérfano, lo adopta una familla judía francesa ... [+]
16 de junio de 2009
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admiro las películas africanas y asiáticas, me gusta su ritmo, el cual, quitando aquellas películas que entran en una lentitud no natural, es el adecuado para contar sus historias, nunca rápido pero tampoco lento; me gusta que en una gran mayoría el protagonista sea un niño o una niña, o que la historia empiece en la niñez del personaje principal, y aunque no sea así, los niños nunca faltan, símbolo de cotidianeidad y realidad, (últimamente en muchas otras películas, por lo normal Americanas, los niños aunque los haya solo se intuyen, -aunque eso se pude llevar genialmente tal y como lo hace Sam Mendes en Revolutionary Road-); me gusta los colores de las historias, sin complejos de utilizar colores vivos y sin complejos de apagar aquellos que podrían ser más fuertes; me gusta los diálogos entre ancianos y jóvenes, niños y adultos, niños y niños y cualquier otra combinación que siempre se da.
Vete y vive es una más de estas películas, no la mejor, pero contiene todos estos elementos que, aun siendo una coproducción de Francia-Israel-Bélgica-Italia, la convierten en una película en la que la historia está por encima de los efectos especiales y los diálogos por encima de las frases “ingeniosas”. Schlomo, el protagonista, es niño, joven y adulto, y en cada momento se comporta de una manera acorde a su edad y a la vida que le ha tocado vivir, su relación con su nueva familia y las personas que conoce en Tel-Aviv es enternecedora a la vez que dramática.
Solo existe un “pero” que se encuentra en todas estas coproducciones o películas asiáticas y africanas, y este “pero” es el doblaje. Como siempre ocurre, el doblaje de esta película merece un CERO, las voces no corresponden a los personajes, los diálogos parecen más unas malas narraciones que unas conversaciones.
En este caso he obviado el doblaje a la hora de la puntuación, pero películas así pierden parte de su encanto con la pésima traducción.
Saluti.
Bonita
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