'El cabo del miedo', 'La noche de Halloween', 'El silencio de los corderos', 'Se7en'... y 'M', el primer thriller tanto policial como de psicópatas de la historia del cine. La película que cortó los patrones que el subgénero seguiría en la posterioridad.
'M' supone así el nacimiento del perfil de un icono repetido hasta la saciedad y con desiguales resultados, dependiendo de la calidad del film en cuestión.

Este fundador del thriller envejece mal a día de hoy, pero más alla de por meras cuestiones técnicas (sería absurdo mencionar la poca calidad del sonido teniendo en cuenta que se trata de una película de 1931) es su guión el que lamentablemente en la actualidad frustra parte del genio que Lang le imprime a su epopeya criminal.
Y es que el desarrollo del guión acaba por rozar lo increíble: que en una ciudad de cerca de medio millón de habitantes se conmocione de tal manera que todos empiecen a ser perseguidos por culpa de un solo asesino en serie resulta exagerado en demasía, a pesar de que nos encontraramos en años 30.
Tampoco me agrada la dirección de Lang, con unos tremendos altibajos de ritmo entre las partes que conforman el metraje, teniendo así una primera media hora y otra última media hora que mantienen enganchado al espectador, expectante ante los acontecimientos, y a su vez una hora intermedia aburridísima y soporífera en la que además el guión parece no avanzar nada.

A pesar de todo, el tiempo mantiene intacto sus momentos de impacto, con un desenlace casi épico a la par que emotivo, consiguiendo algo rarísimo como que sintamos pena o nos sintamos identificados con un demente, ayudado en parte por un soberbio Peter Lorre que deslumbra en cada una de sus apariciones.
Tan deslumbrante como la notable puesta en escena del maestro Lang, con buen manejo de las escenas de acción y pulso en las de puro suspense y con el dramático desenlace.


Gracias a una envolvente y cuidada atmósfera nos metemos de lleno en una Düsseldorf oscura, triste, sembrada de un aura trágica y en descomposición social 'in crescendo' mientras que un demente nos muestra el lado más oscuro de nuestra propia raza, el 'yo' que siempre estaremos dispuestos a ocultar y que jamás verá la luz... no así como este estupendo y meritorio nacimiento del thriller.

·LO MEJOR: la solemnidad que acaba desprendiendo el ''villano'' de la historia. La soberbia interpretación de Peter Lorre.

·LO PEOR: los múltiples y muy notorios altibajos de ritmo a lo largo del metraje. El guión carece de credibilidad en la actualidad.