"Un truco. Un misterio. Un engaño. Para ser capaz de lograr el truco de magia perfecto, debes ser capaz de distraer la mente del espectador"

El cine, como el poderoso truco de magia que es, siendo capaz incluso de elevarlo a la categoría de arte, es el vehículo mediante el que un cuasi imberbe Brian de Palma nos regalaba a finales de los 70 y mediados de los 80 una serie de descabellados thrillers que dan forma a la primera fase de su filmografía. Dichos thrillers, además de caracterizarse por sus infinitos homenajes-copias al maestro Hithcock, lo hacen principalmente por convertir su descaro, efectismo y puntos de surrealismo en gran parte de la diversión. Descabelladas tramas en las que de Palma además de homenajear al maestro del suspense asienta las bases de su propio cine y sus principales rasgos de identidad como autor.

En el ejemplo que nos ocupa, y al igual que a lo largo y ancho de su filmografía, conviven el genio y la torpeza de este realizador tan controvertido como especial. La brillantez de la dirección y del montaje en varias secuencias clave del film contrastan con cierta falta de ritmo en ciertos tramos del metraje, lo que unido a lo rocambolesco de la resolución de la trama terminan por echar por tierra los numerosos esfuerzos de su realizador en crear su gran 'superthriller', reinventándose de nuevo por ¿quinta vez?

Y es que tanto 'Hermanas' como 'Vestida para matar', 'Fascinación' o 'Impacto' llevan impresas las principales señas de identidad de su director, llegando no solo a tomarlas como elementos diferenciales propios del autor, sino que en numerosos momentos llegan a copiarse entre sí mismas (aunque De Palma diría que se está autohomenajeando, sí señor). Véase la larguísima persecución en el centro comercial, clavada a la del museo en 'Vestida para matar' o a la de Travolta en 'Impacto', o ese deliberado gusto por los asesinos grotescos y bizarros al igual que en la ya mencionada 'Dressed to kill' o 'Hermanas'.

Parece que el objetivo es convertir en parte del espectáculo ese bizarrismo y esa suciedad y violencia que impregnan sus films, o ese festival erótico gratuito que monta en cada una de sus películas de la que aquí no falta ni la ración de tetas a tutiplén o las escenas picantes y subidas de tono. Todo ello forma parte de la marca del director, y pone todo su énfasis en no saltárselas en ningún momento, aprovechando el cachondeo general para aderezar a la película con algunos momentos de metacine (en ciertos momentos parece sembrar dudas acerca de si lo que estamos viendo es real o solamente estamos presenciando el rodaje de una película de suspense). Y es precisamente, de su descaro y atrevimiento, de su capacidad para romper moldes y formas, lo que da vida a su cine, lo que unido a su brillantez como director conforman un carácter único dentro del 'star system' creando unas películas frescas y divertidas que aún hoy mantienen su capacidad para sentirse vivas.

Una pena que en la gran mayoría desaproveche sus propias virtudes y se obceque ciegamente en mostrar su currículum de genio detrás de las cámaras mostrando escenas alargadas que finalmente más que tensión únicamente acaban por dispersar al espectador de lo que estamos viendo, o de rellenar desenlaces absolutamente rocambolescos que en ocasiones no solo coquetean con el más puro surrealismo, sino con el ridículo. A pesar de todo, 'Body double' es una pequeña experiencia cinematográfica que se puede devorar y que divierte sin pedir nada a cambio. Una excentricidad más de un director tan genial como realmente loco.

·LO MEJOR: Entrar en su juego es divertido.

·LO PEOR: De Palma vuelve a mostrar las mismas carencias de sus anteriores films.