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España España · Sevilla
Voto de Dirover:
4
Drama. Comedia Greg pasa el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando todo tipo de relaciones, mientras en secreto hace extrañas películas con su único amigo. Esta situación cambiará cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2015
21 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
En unos tiempos en los que un tráiler bonito se ha convertido en el mejor vehículo para vender una peli es indudable, sea o no el peor bodrio del mundo, y gracias a su facilidad para ser visto en cines, TV, móviles, o aparecer en molestos anuncios en el ordenador. Y tras ver el de esta curiosa aunque tramposa ópera prima de un Alfonso Gómez-Rejón que tras este interesante punto de partida debería seguir adelante, me surgieron unas enormes expectativas que no es que se hayan terminado precisamente de cumplir.

Y es que entre sus virtudes destaca que en todo momento el retrato de los adolescentes protagonistas que aquí se hace es cuanto menos peculiar y alejado de los estereotipos más clásicos y molestos del cine comercial teen, y a pesar de ello, eres capaz de verte reflejado en ellos en muchos de los momentos. Además, la conclusión final con la que Earl le abre los ojos a Greg acerca de su realidad haciéndole ver de que tratar de caerle absolutamente a todos tratando de no molestar a nadie es fracasar como persona es todo un acierto. Primer punto conseguido de la peli: que sientas empatía por sus personajes.

El problema llega principalmente cuando a la peli le toca irse poniendo seria, y es ahí cuando el director parece mostrar las cartas que tenía escondidas bajo la manga, y acaba por hacer trampa con un truco propio de la peor resaca de Shyamalan, y dando gato por liebre a un espectador al que se le ha engañado de manera deshonesta durante gran parte de la peli. Y no, no digo esto porque su final me haya destrozado el corazón y le guarde rencor eterno a Gómez-Rejón y a Jesse Andrews, sino precisamente porque debido a esa vulgaridad que llevan a cabo son absolutamente incapaces de hacerlo, al menos conmigo. La originalidad y el hermoso cariz de la propuesta se acaban tornando tras la tomadura de pelo en un purgatorio de escenas y momentos donde sus creadores parecen susurrarte constantemente al oído:
"-¡Llora! ¿Por qué no lloras?"
"-¿Eres un insensible? ¡Pues toma triple razón de desgracias para que te dé un síncope!"
"-¡QUE LLORES CABRÓN!"

Y yo, cinéfilo de elevada sensibilidad ante cierto tipo de pelis y secuencias (debo confesar que se me saltaron algunas lagrimilas con pelis de las que quizás debería avergonzarme que eso pasara, como 'Inside Out' o directamente 'Mi amigo Fluke'), y en cambio aquí, conforme avanzaba y más doloroso era el purgatorio pues na de na, oye. Y el tiro le salió por la culata a sus responsables, creando una trampa fílmica que se aleja precisamente de lo que parecía ser su premisa inicial: la sinceridad, cosa que ellos no han hecho con nosotros, ni desde su guión desde la ya consabida trampa, hasta ese tramo final que rompe en demasía con lo anteriormente establecido (que tampoco es que fuera un campo de rosas, vaya) y con el que pretenden arrancarte las lágrimas a martillazos si es necesario, creando una comedia dramática a la que parece que se le da mejor hacer reír que llorar, sin que tampoco sea especialmente graciosa. A esto hay que añadir una actitud cuanto menos sorprendente por los personajes en ciertos momentos de este tramo (¿qué pasa, que porque sean frikis ya de momento se han vuelto unos tarados o qué?) y rompe con gran parte de la empatía forjada con gran acierto en su inicio, sobre todo cuando su prota pasa de ser un acomplejado Woody Allen a un supuesto insensible al que parece que nada le importa, alcanzando el guión aquí algunos de los peores tópicos de los que un principio parecía huir.

A pesar del descalabro que me resultó su segunda parte, hay que reconocer que el film tiene sus virtudes y que supone una magnífica carta de presentación para Gómez-Rejón visto el optimismo con el que la crítica ha acogido su trabajo y la posible más que aceptable taquilla que obtenga aún siendo una producción de carácter indie. Y, frente a todo lo malo y lo bueno, destacar a una Olivia Cooke que parece emerger de las cenizas en una interpretación más que convincente y digna de aplauso por su emoción, y una no tan buena de un Thomas Mann que aún parece algo trasnochado y al que parece que le va a costar superar su encasillamiento de adolescente rarito o fuera de lo común.
Se puede ver, pero mejor con una almohada a mano como le gusta tener a su protagonista, sobre todo si pretendes descargar sobre ella tu furia una vez que si al igual que a mí, sientes que te han dado gato por liebre.

·LO MEJOR: Olivia Cooke. Las insospechadas referencias cinematográficas de sus protagonistas.

·LO PEOR: Las trampas y la inconsistencia del guión en su último acto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dirover
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