'Vuelo nocturno' cumple únicamente con su propósito: ser un simple entretenimiento para pasar el rato de manera entretenida y logrando enganchar y distraer al espectador. A pesar de lo bien que cumple con su objetivo principal se nota claramente la mediocridad propia y las carencias que desde tiempos inmemoriales ha sufrido Wes Craven, incapaz de otorgarle cierta verosimilidad a un argumento que de por sí ya es poco creíble.
Si durante la primera hora, tras una presentación algo coñazo y ciertamente tópica y algo aburrida entramos en situación dentro del avión y se aprecia cierta atmósfera malsana, los buenos resultados cosechados en esta primera mitad se desechan por completo en los últimos veinte minutos finales, donde, como habitualmente suele pasarle, a Craven se le va la pinza y crea un cúmulo de situaciones a cada cual más disparatada e inverosímil con un torrente de acción frenética que a llega a tomar al espectador por idiota en ciertos momentos.

Rachel McAdams salda su interpretación de manera correcta, sin más, al igual que Brian Cox en los escasos minutos en los que tiene aparición. Quién ya no logra convencer del todo es ese tipo con cara de palo que es Cillian Murphy, pues si bien su físico es adecuado para un personaje de estas características su interpretación flojea considerablemente llegando a estar sobreactuado y dando vida al típico psicópata que parece inmortal (risas destripadas en spoiler) de manera exagerada por momentos y poco creíble en otros.

Finalmente todo queda en una experiencia tan entretenida como predecible, tan olvidable como finalmente prescindible, dejando en 'Vuelo nocturno' un thriller al uso con toques de acción a la altura de la media actual: un simple entretenimiento de usar y tirar en momentos poco exigentes.

·LO MEJOR: su innegable capacidad para entretener y divertir al espectador.

·LO PEOR: lo mal que Craven resuelve la trama, con unos veinte minutos finales que son de pura traca.