La filmoteca de la capital de Turia viene programando un ciclo de películas titulado "Bàsics del segle XXI" en el que se recogen algunas obras que los expertos consideran imprescindibles de nuestro joven siglo, y en el que han tenido a bien enmarcar esta curiosa cinta.

El realizador, de impronunciable nombre, estudió arquitectura pero acabó viajando a los EEUU, donde estudió artes visuales (pintura, fotografía, holografía...). En esta experiencia quedó fuertemente influenciado por la llamada Escuela de Chicago y el cine experimental. De hecho, "Uncle Boonmee" forma parte de un proyecto multiplataforma más amplio, llamado "Primitive Project" que complementa esta cinta con un par de cortos más, fotografías, etc. El que tenga paciencia y tiempo puede echar un vistazo en la web www.animateprojects.org. Yo lo he hecho pero está todo en inglés y tampoco me picaba tanto la curiosidad como para ponerme a traducir...

La cinta, a pesar de su ritmo pausado como se ha dicho en las anteriores críticas, se deja ver. Hay que leerse el dossier que te dan a la entrada de la filmo para saber que el búfalo que sale al principio es el propio Boonmee en una vida anterior; que el hijo transformado en mono es, posiblemente, porque se adentró en el bosque para unirse a la guerrilla comunista; que la foto en blanco y negro del viejo militar que hay en casa de Boonmee es el propio y auténtico Boonmee (si, parece ser que fué un personaje real); y así un sinfín de detalles a los que la cultura occidental es ajena.

Y es que, aunque dicen que el cine (y por definición, el arte) es un idioma universal, sigue habiendo una brecha cultural entre el cine oriental y el occidental que hace que este tipo de obras tenga poca aceptación entre el público general por estos pagos. Por diferencias culturales menores en la propia Europa, obras maestras como "Los Bingueros" o "Los Liantes" no aparecerán jamás por las páginas de "Cahiers du Cinema" o "Sight and Sound".