Aunque se basa supuestamente en un relato del genial escritor H.G. Wells, esta película pasará a la historia del cine como la obra donde se mostró el bestial combate entre un jugador de fútbol americano y el pollo de Gallina Blanca tamaño XXL.
En efecto, esta imagen dantesca perdurará en el ojo del espectador como una de las más kitsch del cine, por encima de avispas grandotas de plástico, orugas anormalmente creciditas o ratas gigantescas (pretendidas protagonistas del film).
Ninguno de estos abominables bichos puede hacerle sombra a nuestro monstruo favorito, que mezcla el horror de lo gigantesco con la aversión ancestral de todo niño a la sopa de sobre.

Otros puntos a favor:
Primero, que no se muestre el origen de la sustancia viscosa que causa el crecimiento desmesurado.
Y segundo, el inquietante final. Esto es lo que le queda deparado a la raza humana, vacas de Milka mediante.

En resumen, una cinta donde los amantes del kitsch disfrutarán de lo lindo.