Recientemente he podido contemplar esta obra en la filmoteca de la capital del Turia. La que he visto ha sido una copia restaurada recientemente en el marco del Progetto Rossellini que es fruto de la colaboración entre Cinecittà Luce, la Cineteca Nazionale, la Cineteca di Bologna y Coproduction Office.

Como una patada en los huevos. Directa. Contundente. Dolorosa. Así es la segunda película neorrealista de Roberto Rossellini, que junto con "Roma, città aperta" (1945) y "Germania anno zero" (1948) forman la trilogía neorrealista de Rossellini sobre la Segunda Guerra Mundial.

Cierto es que algunas de las seis historias de que consta el film tienen momentos de comicidad, de camaradería, de buenos sentimientos, pero el regusto que te deja al final cada uno de esos breves relatos es amargo como la hiel.

Los actores no son profesionales (esto se nota especialmente en las actuaciones de algunos de los americanos del primer relato, sobretodo vista en versión original) pero, en general, cumplen a la perfección.

Posiblemente estemos ante la obra cumbre de la filmografía del maestro Rossellini, y, desde luego, mucho más interesante que sus posteriores colaboraciones con la estrella Ingrid Bergman.