Creo que no doy muchas pistas de la clase de cosas que se van a ver en la pantalla pero quienes quieran material fuerte de los 60 al estilo ¨Quien teme a Virginia Woolf¨ tendrán bastante en una película adelantada a su época en todos los aspectos y de alguna forma dando vida a un pesonaje en la que algunos reconocerían a monstruos como el Jimmi Saville (prototipo de famosos con imagen pública y comportamiento privado contrapuestos). El argumento es muy sencillo: una actriz lesbiana que hace una perfomance de monja en una serie bastante repelente (estilo La casa de la Pradera o Farmacia de guardia pero en british) intuye que va a ser expulsada de la serie por su alcoholismo y escándalos de su vida privada y se vuelve loca empezando una espiral de miserias personales.

Aparte de sus evidentes valores cinematográficos y las brillantes interpretaciones de los actores, sobre todo los femeninos nos hará un retrato del ambiente televisivo con sus entresijos nunca vistos (los índices de audiencia,las reuniones para discutir guiones etc) y los problemas privados que pueden acabar arruinando carreras públicas aparte del miedo intrínseco del actor ya no de quedarse encasillado (algo que a la protagonista le encanta) si no de perder su trabajo. Además nos muestra una relación lésbica de pareja como nunca había sido filmada ya que anteriormente esas cosas o eran censuradas o insinuadas en pantalla (hasta sale un club de lesbianas nada menos) y cómo reaccionaban los ¨normales¨ a eso. Un ejercicio bastante valiente para la época y un papelón para la actriz principal y su partenaire más joven que son los hombros sobre los que se apoya la película.

La película en sí dura como dos horas y pico y un poco menos no le vendría mal pero me dio la impresión de que el bueno de Robert Aldrich quiso poner los puntos sobre las íes en una drama que más parece una tragedia griega y un puñetazo en la cara a aquellos que piensan que los actores son como los personajes que interpretan.